La Universidad Libre de Berlín, nace en 1949, impulsada por Estados Unidos, como una división de la Humboldt Universität, ya que esta había quedado en Alemania del este, debido al reparto consecuencia de la segunda guerra mundial.

En 1963 se convoca el concurso para la ampliación de la Universidad Libre, al cual se presentan, entre otros, una firma de tres arquitectos, George Candilis, Alexis Josic y Shadrach Woods, junto con dos jóvenes arquitectos, Jonathan Greig y Manfred Schiedhelm, quienes obtienen el primer premio.

Los principales requerimientos del concurso buscaban un cambio en la concepción propia de la Universidad hasta entonces, un sitio donde cupiera el mestizaje de conocimientos entre distintas facultades contempladas en conjunto y no el aislamiento de cada una de las mismas según su disciplina. Se requería entonces, que fuera un punto de encuentro para el intercambio intelectual. De igual modo era necesario un edificio capaz de adaptarse al la situación cambiante del momento y de su entorno. La actividad universitaria está estrechamente relacionada con campos como la industria, la investigación, los medios de comunicación, cuya constante evolución exige un importante grado de versatilidad.

Debido al amplio programa que se debía abarcar, y a las condiciones de cambio de la sociedad, era necesario de alguna manera garantizar la no obsolescencia a corto plazo, por lo que se trato de buscar un sistema que pudiera digerir cambios sin caer en el desuso, un sistema abierto a la vida.

Por lo que el equipo encabezado por George Candilis, debido a estas condicionantes como punto de partida (condicionantes que se trazaban al unísono con las bases ideológicas del team X), optó por una estructura versátil, que se pudiera adecuar a los cambios, a las distintas necesidades que surgieran, sin suponer la obsolescencia del edificio. Una de las premisas de la arquitectura de Shadrach Woods era la indeterminación de los límites del edificio, ya que podría crecer en cualquiera de sus direcciones, tanto horizontal como verticalmente, adaptándose a la orografía sin perder su identidad, aunque la idea era la realización de un edificio donde prevalecieran las dimensiones en el plano horizontal “groundscraper”, ya que en los edificios de altura es muy difícil conseguir el mestizaje intelectual logrado a través de la convivencia día a día.

Internamente era la materialización de la organización y orden humano, se identificaban las zonas diferentes del edificio mediante colores en pavimentos, paredes y puertas, donde según el color se conocía la función de aquella zona, bien dedicada a la interacción con otros alumnos, trabajos en equipo, charlas, discusiones o bien a la concentración, investigación, lectura, etc. Se debía organizar sin zonificar o discriminar, cometido que requiere de mucha pericia, dotando al edificio de un carácter policéntrico, manteniendo las relaciones entre lo individual y lo colectivo.

 

El edificio está marcado por cuatro caminos principales y paralelos entre sí, distanciados 1 minuto caminando, o 65m, Woods medía las distancias mediante el tiempo que una persona tarda en recorrerla a pie, lo que denota el carácter vivo y de movimiento inherente al edificio.

Una segunda trama une dichas direcciones y una tercera une las segundas. Con este sistema basado en una malla llamado Web, se podía acceder a cualquier parte del edificio partiendo desde cualquier origen.

 

Conceptualmente se puede observar en planta la formación del edificio por adición de módulos diversos que se repiten para formar distintos espacios interiores y exteriores, que cubren las nuevas necesidades.

Verticalmente, cuenta con una planta técnica y dos plantas para uso propio de las estudiantes unidas mediante escaleras y rampas, superponiéndose la red peatonal con espacios libres (patios) de diversos tamaños y profundidades que permitían que el edificio se iluminara y “respirara”.

El aspecto vital del edificio era fundamental, ya que este es tomado como un ser vivo, que crece, se desplaza, respira, se transforma y evoluciona con la sociedad. Así es entendido por Woods donde se deshace de la grandilocuencia formal de las Universidades de décadas anteriores para prácticamente dejar en manos de la técnica en la cual se apoyaba el sistema todo lo relacionado con el tema estético, sin descuidarlo pero sin darle un protagonismo relevante. De hecho las fachadas no aparecen en los paneles del concurso, en concordancia con la esencia de la organización “abierta a la vida”.

El tiempo forma parte indisociable del proyecto, que si se quiere nunca está acabado debido a condición de abierto al cambio, un proyecto en continua evolución, un proyecto vivo.